Estos momento tan especiales que estamos viviendo, que forman ya parte de la historia contemporánea de la Humanidad, están dando imágenes impresionantes de altísimo poder icónico, que se quedarán grabadas en la retina de la gente.
Para mi, una de las más poderosas, por lo simbólico, por lo abrumador, esa la del Papa Francisco otorgando su bendición Urbi et Orbi a una plaza vaticana vacía, lluviosa, tenebrosa, sin fieles.
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