La afición de los valencianos por la pólvora es conocida. El origen se remonta a principios del XVIII cuando los Borbones castigaron a la ciudad por su apoyo a los Austrias. Se infringió castigo político a a Valencia, desmonte del arsenal que había en la ciudad y traslado del mismo a Toledo procediéndose a la quema de las culebrinas. Pero bueno, sea como fuere el orígen, además de las tracas y de las Fallas, el amor de esta gente por el ruido y el fuego es intenso. Tiendas exclusivas para petardos y todo tipo de posibilidad demoledora.
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