Tengo mucho cariño a todo tipo de coches de colección, soy un simple aficionado a todas ellos, sin más. Durante todos estos años, desde chaval, he ido acumulando una pequeña colección de piezas de la escala H0 que me enamora, seguramente porque eran accesibles en los 70 y por su gran belleza.
Hay algunos cochecitos que me acompañan desde entonces, como el Seat 1500 con la caravana, el Seat 124, el viejo Peugeot o el Mercedes cabrio. Mención aparte para los Citröen 2Cv que son los que más me gustan. Guardo con cariño unos blisters comprados en una vieja juguetería de Barcelona unos días antes del cierre o la querida Furgoneta Mercedes del 50 aniversario de Palau, otra delicia juguetera tristemente desplazada de su magnífico emplazamiento original.
Como anécdota contaré que algunos de estos modelos, como el Land Rover, el Peugeot deportivo o el Seat 124, están tan machacados porque los utilizaba en el Autocross de Congost. ëste juego, magnífico, llevaba un Buggy playero algo tosco, pero con un poco de maña y un pequeño imán en los bajos, un cochecito EKO o escala H0 se convertía en un excelente coche para el Autocross.
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