Al bueno de Galileo, como si de un santo mártir se tratara, lo mal repartieron por diferentes recintos. En la Universidad de Padua puede verse una estructura mueble, estilo relicario, que muestra una vértebra del genio. Mucho más interesante y adecuado es el tosco púlpito que milagrosamente se conserva desde el cual impartió su conocimiento al alumnado. Que guarden con este repseto y cuidado una pieza como ésta dice mucho y bien de la forma que tienen los italianos de conservar su legado.
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