Poco que decir ante una pieza así encontrada en el rastro local esta mañana, ni me lo he pensado, son rarísimas de ver. La he llamado Vicentita.
La fotografía post-mortem es algo que fue habitual en Europa y América y buscaba dejar una imagen, algo muy excepcional por aquel entonces, del finado. Los fotógrafos hacían auténticas maravillas estructurales y decorativas para quitarle crudeza a la pieza (como en éste caso). Había tres categorías de este tipo de retratos; con los ojos abiertos, simulando que estaban vivos (solían estar con familiares), simulando estar dormidos, sobre todos los niños, como si estuvieran en un tranquilo y dulce sueño y las que iban a saco sin ningún tipo de atrezzo ni evocación y que plasmaban al muerto con todo su realismo.
Esta fotografía en América es denominada de "Angelitos". Hay que entender que a finales del XIX y principios del XX las familias tenían una enorme cantidad de hijos, de los cuales mucho fallecían, la mortalidad infantil estaba en un altísimo porcentaje, quizás el único recuerdo que quedaba de estas personas era este documento. Las imágenes siempre están tratadas desde el respeto, la normalidad y ahora hay personas que las rechazan por morbosas o inadecuadas, pero hay que ponerse en las mentes y en sociedades de entonces, acostumbradas por desgracia a numerosos fallecimiento de niños, la relación con la muerte era más habitual y menos dramática.
A raíz de la película de Amenábar "Los otros" se inició en España un cierto culto hacia este tipo de piezas. El actor Carlos Areces es un afamado coleccionista y las piezas que atesora son impresionantes.
2 comentarios:
Género "oddities" total. Genial post y foto, gracias por compartir.
Este tema es un filón impresionante, pero aquí me quedo, je, abrazos
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