lunes, 17 de octubre de 2011

"En el auto de papá"


Os transcribo un pequeño texto de Ignacio Elguero evocador del profundo sentimiento que tenía el automóvil para todos los nacidos en los años 60.

"Creo que, más que el recuerdo de nuestro primer coche, tenemos el recuerdo del utilitario de nuestros padres. Y el coche viene asociado generalmente a los viajes de verano. Todo y todos cabían en aquellos modelos de los sesenta. Yo recuerdo los viaje desde Madrid a Noja, en Santander, en un SEAT 850 blanco especial, blanco, de dos puertas y con la tapicería de skai rojo. Allí nos metíamos mis padres, los cuatro hermanos y la muchacha, es decir, la asistenta, que, dada su edad, de muchacha tenía ya poco.

Siete en total, más las maletas, con aquellos primeros maleteros en la parte delantera y la vaca del coche hasta arriba de cosas, sujeto todo por unos ganchos elásticos llamados "pulpo". Y así cuatrocientos y pico kilómetros por puertos y carreteras que no eran como los de ahora.

Los coches nos fascinaban a los niños de entonces. Éramos muy dados a curiosear por los cristales para averiguar la velocidad máxima que indicaban los números del velocímetro del salpicadero. Cuando marcaba más de 120 km/h aquello ya nos parecía todo un bólido. También fue novedad la llegada de la radio al coche, donde se escuchaban principalmente las retransmisiones deportivas. Luego apareció el radiocasete, que entonces era fijo, de ahí todos los robos que se producían. Aquellos modelos eran tan malos que mordían todas las cintas.

El coche se convirtió rápidamente en un objeto de diferenciación social: "Dime qué coche tienes y te diré quién eres". Y además los niños éramos los primeros que entrábamos en ese juego comparativo: "fulanito no tiene coche", "el coche de mi padre es mejor y más grande, corre más".

Y es verdad que cada modelo acabó definiendo a sus propietarios; aunque fuera parte de un anecdotario social, así era."

2 comentarios:

Iván Ordovás dijo...

Magnífico. Yo también fui usuario de ése mismo modelo de Seat. Sus hitos: Zaragoza-Málaga. Matrimonio, dos hermanos y abuela.

Antonio Saz dijo...

No está nada mal..... la verdad es que fuera un coche u otrotodos hemos vivido esos viajes intensos, sudorosos y mareantes rodeados de familia, curvas y algún que otro vómito..... jajajajaja, un abrazo amigo

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