Brasov es un gran destino. Está a medio camino entre Cluj-Napoca y Bucarest, ya entrando en la zona más montañosa. Es una ciudad con un casco antiguo precioso, lleno de anticuarios, tiendas agradables, lugares para comer, gente amable (casi todos saben inglés) y lugares valiosos para pasear. Sólo la enfea ese pésimo cartel tipo "Hollywood" que han plantado en la cima de la montaña, una pena.
Es un buen lugar como centro de operaciones para alojarse con confort a un precio excelente, ya que además está muy bien posicionada para hacer visitas como Bran, Rasnov o Sinaia si una va en coche de alquiler o propio.
Fenomenal y baratísimo para comer, sean sopas locales humildes o excelente cocina europea. Trato maravilloso y tiendas preciosas a precios muy asequibles. Destacar los buenos anticuarios con materiales nunca vistos. Maravillosa la Iglesia Negra, la calle más estrecha de Europa, o las calles empedradas y sus librerías.... pero lo mejor la gente, sus historias y su amabilidad.
Hay una zona con un aire especial en esta ciudad, y son los aledaños de la Iglesia Negra, ya que no están adoquinados sino que el edificio se asienta sobre tierra y grava, dándole un tono absolutamente único y poca veces visto. Hay que quitarse el sombrero ante el respeto y cuidado que han tenido con todos los edificios del centro histórico, exquisito. Sea la casita grande o pequeña, todas ellas tienen una especie de "matrícula" que las marca con su fecha y catalogación.
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