Está abierta una exposición en el antiguo Casino Mercantil de Zaragoza, un edificio emblemático de la ciudad y que en estos momentos acoge la sede de Bantierra, un banco local. Personalmente no me gusta ni la ubicación que suelen tener las exposiciones de Bantierra ni tampoco cómo las montan, con un exceso de demodés cartones plumas explicativos. Si bien es cierto que hay fotos interesantes y documentos (pocos) apetitosos. Una exposición sobre el propio edificio debería permitir visitar alguno de sus bellos salones y espacios no abiertos al público, pero lo dicho, nos quedamos con los cartones pluma.
Viendo las fotos te das cuenta que, pese a que el edificio consiguió sobrevivir, lejos quedan los esplendores de otros tiempos. Los salones y las yeserías, el mobiliario, los billares o la sala de baile. Seguramente en un país más sensible y culto se hubiera conservado el mobiliario de la época, los continajes, cristaleras y estucados.... no es el caso. Ahora hay un exceso de color, aplicado con dudoso gusto en el que alguna pieza art-decó mantiene el tipo, pero otros espacios, como ese salón reconvertido en oficina (deleznable) hace llorar.
Muy bonito ese creativo diseño de cenicero y muy divertida la carta menú a 6 pesetas, de eso ahora no se come nada, jeje.
No es éste un país ni esta una ciudad amable con sus inmuebles históricos (con los otros directamente los extermina), es lo que hay. Merece la pena pasar una horita viendo esta exposición, no por ser excelente, sino por conocer el antiguo brillo de un lugar de encuentro social al alcance de muy pocas ciudades europeas.
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