Los Gigantes, Cabezudos y Caballitos componen la famosa comparsa zaragozana, que aparece por Fiestas del Pilar, Carnavales y otras fechas importantes de nuestra ciudad. Mi hijo es un auténtico fanático de este tema, son muchos años paseando por calles, viendo como entran y salen de espacios municipales, del Ayuntamiento y de mil sitios.
Hoy quiero comentarles sobre las gentes formidables que hay detrás de estos queridos personajes. Son funcionarios municipales, algunos de ellos, como Olegario (gracia amigo) lleva 35 años seguidos saliendo, gigante en hombro, en las Fiestas del Pilar. Quiero darles las gracias públicamente a todos ellos, sencillos, cercanos, amables, accesibles, amantes de lo que hacen, siempre cariñosos con los chavales y las familias, cantando jotas antes de salir a la Plaza del Pilar, dando una caricia a un pequeño antes de lanzarse a la carrera en la calle.
No soy mucho de temas de cultura tradicional, pero he sabido conocer y apreciar a estas personas, que de verdad, están hechas de una pasta especial. Gracias también al actual Ayuntamiento de Zaragoza, por su amabilidad y accesibilidad, por su cercanía y normalidad. Sólo les invito, como ciudadano y sabedor del enorme arraigo que tienen estos personajes tan nuestros entre la ciudadanía, a que les den, durante todo el año y como ocurre en muchas ciudades españolas, un espacio adecuado, accesible, que los ponga en valor, para que la chavalería y todos los demás, puedan conocer y visitar a tan queridos caracteres. Se que existen en algún almacén, los viejos Gigantes y Cabezudos, sería maravilloso que salieran de su polvoriento escondrijo para aparecer, como recuerdo de otra época, en dicho lugar museístico.
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