Estoy muy contento. Por tres razones. Primera; el querido Mercado Central reabre sus puerta y muestra todo su esplendor.... segunda, el tiempo ha dado la razón a todos esos zaragozanos que nos rebelamos a mediado de los 80 frente a la piqueta usurera que amenzaba con estirparlo del corazón de Zaragoza, en contra de cualquier sentido común o tendencia urbanística europea y casi mundia.... y tercera, porque José Antonio Aranaz, arquitecto municipal y amigo, con el que compartí buenos momentos y al que aprecio, ha estado al mando de la obra, eso es garantía de calidad y sentido común, además de buen gusto y sentido práctico y estético.
Muy bonito que le hayan dedicado un rincón a Félix Navarro, el arquitecto que diseñó el Mercado, el toque histórico (seguro que es cosa de Aranaz) y la puesta en valor de las preciosas placas esmaltadas con motivos naturales y animales. La bella estructura industrial luce esplendorosa en contraste con la madera.
Es una gran noticia para nuestra querida ciudad. Nuevas perspectivas surgen ahora desde el interior de sus acristaladas paredes, poniendo en valor las viejas casonas aledañas.
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