Recuerdo a Matías Prats el día del atentado de NY, mesura, orden, equilibrio dentro del desastre.... los periodistas de la vieja guardia saben que tienen una responsabilidad, que la ecuanimidad, la información honesta, el huir del amarillismo, está dentro del cuaderno de bitácora de cualquier buen navegante de los medios.
Lorenzo Milá, otro ejemplo excelente de esta casta de periodistas en extinción y que tanto echo de menos, da al público y al resto de escandalosos una lección de sentido común, sin querer hacerlo.
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