El mercado de San Antonio de Barcelona es un lugar importante para mi. He ido cientos de veces, paseado por las atiborradas esquinas y conocido perfectamente la ubicación de muchos de los puestos. Es un mercado muy especial con planta de cruz griega, muy especial, formando un recorrido cuadrado interesante, pero han tenido a bien restaurarlo, sacar a la luz sus olvidados colores y quitarle el apéndice rastril que ahora, en menor tamaño (se recorre con mucha más rapidez) se sitúa en una carpa en la aledaña calle Urgel. He vuelto a ver caras de siempre, pero he echado de menos muchos clásicos y puestos maravillosos. Han desaparecido todos los videojuegos, mucha morralla, pero tambien personajes inolvidables.
Como siempre, buen material, de alta división, y de alto precio, Barcelona tiene mucha sapiencia en cualquier sección del coleccionismo, pero bueno, siempre es estupendo ver cosas tan interesantes.
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