Irrompible, indestructible, eterno Batman. 75 años del nacimiento del murciélago, un icono de la lucha del bien contra el mal, un paradigma del héroe de vida oscura e íntima tras la máscara del exitoso millonario.
Hoy, en miles de tiendas de todo el planeta, se celebra el DÍA DE BATMAN en conmemoración de casi un siglo de viñetas, cine y videojuegos alados. No puede estar en mejor forma Wayne, en plenitud de éxito y con próxima peli en ciernes. Considero a Batman uno de los "clásicos", Supermán, Batman y Spiderman. Superman siempre fue, para mí, un héroe más lejano, frío, armario imperturbable, el quarterback de los héroes, Spiderman es y será el que rompió moldes pasando a convertirse en un tipo como sus lectores, humilde, universitario y con una vida personal llena de pequeños y grandes problemas, dignos de culebrón.
El murciélago, como el Zorro, El Hombre Enmascarado y otros "nobles" justicieros es como un Tony Stark exclusivo, reservado, más victoriano, carne de salón con chimenea, moviéndose entre las sombras, lejos del ruido, demoledor y frío en sus acciones, inteligente como Sherlock Holmes (al fin y al cabo es un detective), letal como V de Vendetta pero sensible y noble, torturado por la injusticia, vulnerable a las balas. Todos hablan de Miller estos días, de Kane, permítanme que me quede con el gran Neal Adams, uno de mis dibujantes de culto, un Batman bestial, limpio y convincente.
Dicen que un héroe lo es según quienes sean los villanos a los que se enfrenta. Nadie tiene villanos como los que tiene Batman; Joker, Pingüino, Two Faces (sigo?), si acaso Spiderman, X-Men y Thor, pero los de Batman tienen algo especial, quizás son menos "galácticos", más creativos y de a pié de suelo, es normal, es lo que toca contra un tipo que, aún siendo un atleta, tiene en su cerebro el arma más letal.
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