Siguiendo nuestra ruta en busca de los lugares que recuerdan la memoria literaria de los Hermanos Grimm, nos acercamos hasta Polle, un pueblito de carretera que contiene un castillo en ruinas que estaba cerrado. En el exterior se puede encontrar un elemento un poco curioso que parece estar diseñado para tener un prisionero a la vista del público, además de un zapato de bronce, lleno de agua helada tras la lluvia caída, donde quien desee puede probar si la cosa calza bien y a la vez sacar una sonrisa recordando el conocido cuento.
En este castillo es donde se dice se realizó el baile de Cenicienta. Perteneció al Conde Everstein en el siglo XIII, ha estado en franca ruina hasta finales del siglo XX cuando se recuperó y se realizaron diversos trabajos arqueológicos.
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